La Novena al Inmaculado Corazón de María honra el corazón purísimo de la Madre de Dios, todo amor para con Dios y para con la humanidad. El Corazón de María es refugio seguro, camino que conduce al Corazón de Jesús y modelo perfecto de fe, esperanza y caridad. Desde las apariciones de Fátima hasta la tradición de los Primeros Sábados, la Iglesia invita a consagrarse a este Corazón materno, ofreciendo actos de reparación por los pecados del mundo y pidiendo la conversión de los pecadores. Durante nueve días, los fieles contemplan las virtudes de María, buscan conformar su vida al Evangelio y suplican la renovación de la Iglesia y del mundo bajo el manto de la Virgen.
Se reza tradicionalmente **del jueves posterior a la solemnidad de Corpus Christi al viernes siguiente**, para culminar en la fiesta litúrgica del Inmaculado Corazón de María (sábado posterior al segundo domingo después de Pentecostés). Cada día se inicia con el Acto de Contrición y la oración inicial al Inmaculado Corazón; luego se proclaman la intención y la reflexión propias y se reza la oración del día. Para concluir, se puede añadir la jaculatoria o la oración final diaria. Tras los nueve días se rezan las letanías al Inmaculado Corazón de María con su versículo y oración conclusiva. Se recomienda confesarse, participar en la Eucaristía, rezar el Rosario y ofrecer pequeños sacrificios en reparación al Corazón de María.
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