La Novena a San Francisco de Asís (1182-1226), fundador de la Orden de los Hermanos Menores y patrono de la ecología, introduce a los fieles en el espíritu de la pobreza evangélica, la alegría humilde y el amor universal que caracterizaron al Pobrecillo de Asís. Durante nueve días se contemplan las virtudes de Francisco —su desprendimiento radical, su ardor misionero, su ternura con toda criatura y su anhelo de paz—, pidiendo su intercesión para renovar la Iglesia y convertir el corazón de cada cristiano al Evangelio "sine glossa".
Se reza tradicionalmente del 25 de septiembre al 3 de octubre, en preparación a la solemnidad de San Francisco (4 de octubre), aunque puede iniciarse en cualquier momento de necesidad. Cada día comienza con el Acto de Contrición y la oración inicial al santo; luego se proclaman la intención y la reflexión propias y se reza la oración del día. Se concluye con la jaculatoria o la oración final diaria. Al término de los nueve días se rezan las letanías a San Francisco con su versículo y la oración conclusiva. Se recomienda confesarse, participar en la Eucaristía, practicar un gesto concreto de caridad hacia los pobres y, si es posible, realizar una acción de cuidado de la creación.
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