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El Papa León XIV condena la 'intensidad diabólica' de la violencia en el Medio Oriente y hace un llamado por la paz global

El Papa León XIV condena la 'intensidad diabólica' de la violencia en el Medio Oriente y hace un llamado por la paz global

26 de junio de 2025

En un mundo plagado de violencia y conflicto, la voz de la Iglesia, liderada por el Santo Padre, es un faro de esperanza, paz y claridad moral. El reciente discurso del Papa León XIV el 26 de junio de 2025, sobre la creciente crisis en el Medio Oriente, ha traído una renovada atención al profundo sufrimiento en regiones como Gaza y Siria. Sus palabras son un llamado a la comunidad católica global para involucrarse con compasión, oración y acción, fundamentadas en el compromiso de larga data de la Iglesia con la paz y la dignidad humana.

La Grave Preocupación del Papa León XIV

Una ‘Intensidad Diabólica’ Sin Precedentes

El Papa León XIV describió el conflicto actual en el Medio Oriente como una “intensidad diabólica previamente desconocida”, una reflexión clara y solemne sobre la escala y ferocidad de la violencia que actualmente envuelve la región. Esta terminología subraya la crisis espiritual y humanitaria que ha alcanzado un pico devastador, causando un sufrimiento incalculable, especialmente entre los civiles inocentes[2][4].

El papa destacó cómo el Oriente Cristiano, hogar de algunas de las primeras comunidades cristianas, está siendo devastado en medio del caos. Su dolor se ve agravado por los horribles problemas humanitarios que se desarrollan en Gaza, que caracterizó como “trágicos e inhumanos”. Estas palabras llaman la atención sobre la urgente necesidad de una resolución justa que priorice la vida y la dignidad humanas por encima de todo[2].

Violaciones del Derecho Internacional y la Dignidad Humana

El Papa León XIV condenó las violaciones generalizadas del derecho internacional humanitario en Gaza y Ucrania, lamentando que el principio de “la fuerza hace el derecho” parece prevalecer en muchas situaciones de conflicto hoy en día. Hizo un llamado a un renovado respeto por el derecho internacional, instando a las naciones a abandonar el poder coercitivo y en su lugar defender la dignidad de cada ser humano, independientemente de su nacionalidad o credo[1][4].

Criticó cómo las guerras en el Medio Oriente han sido alimentadas por “intereses especiales” y se han extendido como una nube tóxica de odio, haciendo que la paz parezca esquiva. Su llamado a la adhesión al derecho internacional es un llamado a la responsabilidad moral, haciendo eco de la enseñanza de la Iglesia de que la paz no es meramente la ausencia de guerra, sino que se basa en la justicia, la caridad y el respeto por los derechos humanos[4].

Un Llamado a los Obispos Católicos y Organizaciones Humanitarias

Las declaraciones del Papa León XIV se hicieron durante una reunión con obispos católicos y organizaciones de ayuda que trabajan en el Medio Oriente. Esta reunión refleja la presencia activa de la Iglesia y su solidaridad con las poblaciones que sufren en el terreno. El llamado del papa anima a estos líderes y trabajadores a continuar su misión de misericordia, a servir como instrumentos de paz y a dar testimonio del mensaje de esperanza del Evangelio en medio del conflicto[2][3].

Exhortó a la comunidad católica global a rechazar las “noticias falsas” y la desinformación que exacerban las divisiones y distorsionan la realidad enfrentada por las comunidades cristianas orientales. Tal claridad es vital para fomentar un diálogo auténtico y apoyo para aquellos que soportan la persecución y la violencia[3].

La Crisis Humanitaria en Contexto

La Tragedia de Gaza

La situación humanitaria en Gaza, descrita por el Papa León XIV como “trágica e inhumana”, ha alcanzado proporciones alarmantes. Los conflictos recientes, incluido un conflicto de doce días que involucró a Irán e Israel, han intensificado el sufrimiento civil a través de ataques aéreos, ataques con misiles y bloqueos que restringen recursos vitales[2].

Esta crisis requiere oración y defensa de los católicos en todo el mundo, haciendo eco de la enseñanza social de la Iglesia sobre la protección de los vulnerables y la búsqueda de la paz. El llamado del pontífice para aumentar la ayuda humanitaria a Gaza destaca los pasos prácticos necesarios para aliviar el sufrimiento humano inmediato[2].

El Ataque a la Iglesia en Siria

Otra tragedia conmovedora que impacta a los cristianos del Medio Oriente es el atroz ataque terrorista a la comunidad ortodoxa griega en la Iglesia de Mar Elías en Damasco. Este acto de violencia, que mató a 25 personas e hirió a muchas más, es un recordatorio claro de la situación precaria que enfrentan las minorías religiosas en la región[5].

El Papa León XIV condenó este brutal ataque y pidió paz y reconciliación en Siria, junto con Israel, Irán y Palestina. Su apelación insta a los católicos a recordar que las Iglesias no son solo lugares de culto, sino símbolos de esperanza y comunidad, que deben ser protegidos y respetados[5].

Los Conflictos Regionales Más Amplios

Los conflictos entrelazados en el Medio Oriente, que abarcan Israel, Irán, Palestina y Siria, reflejan tensiones políticas, religiosas y culturales complejas. Los comentarios del Papa León invitan a una reflexión más profunda sobre las dimensiones espirituales de estos conflictos y la urgente necesidad de paz arraigada en la justicia, el perdón y el respeto mutuo, siguiendo la enseñanza de Cristo[2][4].

La Respuesta Católica y el Camino a Seguir

Oración y Solidaridad

La primera y más profunda respuesta para los católicos es la oración. Al unir nuestras oraciones con los que sufren, participamos en la compasión de Cristo y nos convertimos en instrumentos de paz. Las devociones por la paz, las misas por los que sufren y la solidaridad con las iglesias perseguidas en el Este encarnan la misión de la Iglesia de defender la dignidad humana[3].

Se llama a los católicos a recordar el sufrimiento persistente de los cristianos en el Medio Oriente y a orar por el fin de la violencia, pidiendo al Sagrado Corazón de Jesús y al Inmaculado Corazón de María por misericordia y reconciliación.

Defensa y Respeto por el Derecho Internacional

En alineación con la enseñanza social católica, la Iglesia aboga por la justicia y la paz a través del respeto por el derecho internacional y los principios humanitarios. El énfasis del Papa León XIV en el descuido de estas leyes desafía a todos los creyentes a apoyar los esfuerzos que protegen la vida y los derechos humanos. Esto incluye instar a los gobiernos y actores internacionales a fomentar negociaciones y ceses al fuego y permitir el acceso a la ayuda humanitaria sin obstrucciones[1][4].

Los ciudadanos y los católicos por igual pueden ser voces por la paz promoviendo información veraz, oponiéndose a los “intereses especiales” explotadores que prolongan el conflicto y apoyando las obras de caridad de la Iglesia en la región.

Promoción de la Paz a Través de la Doctrina Social de la Iglesia

Los conflictos en el Medio Oriente resaltan la necesidad de una evangelización continua sobre la paz tal como la enseña la Iglesia. El llamado del pontífice anima a los obispos y al clero a fomentar iniciativas que promuevan la reconciliación, enseñen la dignidad de cada persona y construyan puentes a través de divisiones culturales y religiosas.

Esta misión se alinea con la opción preferencial de la Iglesia por los pobres y marginados, llamando especialmente a los fieles católicos a actuar con justicia y amar la misericordia, siguiendo el ejemplo del ministerio pacificador de Cristo[4].

Conclusión: Un Llamado a la Acción y Compasión Católica

El sincero llamado del Papa León XIV respecto a los conflictos en el Medio Oriente nos recuerda que la paz requiere más que soluciones políticas: exige conversión espiritual, oración y un compromiso con la justicia informado por el Evangelio. Como católicos, nuestro compromiso debe estar arraigado en las enseñanzas de la Iglesia sobre la dignidad humana, la santidad de la vida y la búsqueda de la paz.

En estos tiempos difíciles, la Iglesia se erige como un faro de esperanza, instando a los fieles a orar por todas las víctimas de la guerra, a abogar por el derecho internacional y la ayuda humanitaria, y a dar testimonio de la paz de Cristo en palabra y obra. El camino a seguir está iluminado por la luz de la fe, la caridad y un compromiso inquebrantable con la paz.


Este mensaje debería inspirar a los católicos de todo el mundo a profundizar sus oraciones, apoyar los esfuerzos de ayuda y encarnar la misión de la Iglesia como pacificadores en un mundo que necesita desesperadamente sanación.